Un ilusionista prestidigitador o mago es la persona que realiza juegos de magia, creando ilusiones en uno o más de los sentidos (visual, auditivo, etc.) y la mente, haciendo parecer realidad lo imposible.
El ilusionismo moderno le debe gran parte de sus orígenes a Jean Eugène Robert-Houdin (1805-1871) -de profesión r
elojero-, que abrió un teatro de magia en París en la década de 1840. Magia es el arte o ciencia oculta con que se pretende producir resultados contrarios a las leyes naturales conocidas valiéndose de ciertos actos o palabras, o bien con la intervención de seres imaginados.
HISTORIA
Hubo magos en Roma, en Grecia y en casi todo el mundo occidental y oriental de la Antigüedad, cuando la magia o hechicería populares estaban relacionadas con antiguos ritos de fertilidad e iniciación en el conocimiento en los pueblos llamados bárbaros.
La magia y la hechicería estaban ligadas también a las creencias de pueblos orientales muy antiguos, en los que el mago o chamán era a la vez un sanador y un conocedor del mundo invisible de lo espíritus y desempeñaba un papel preponderante en la comunidad.
En Grecia y Roma los adivinos y magos no tenían ya nada que ver con los sacerdotes, aunque eran consultados sobre todo por los poderes de adivinación de los que se creía estaban dotados.
En la Europa medieval la magia estuvo relacionada con la alquimia y la astrología, actividades ocultas consideradas demoníacas por la Iglesia Católica, y que fueron objeto de persecución especialmente durante la Baja Edad Media y la Era Moderna.
Originalmente, un magie era el miembro de una tribu de la antigua Media que se encargaba de las prácticas religiosas y funerarias.
El cambio de significado del término, que pasa a designar a alguien que practica la magia o hechicería, se debe a la asimilación que la Iglesia hizo de las creencias y rituales religiosos no cristianos (como los zoroastrianos) con la brujería y prácticas similares.
